El restaurante-taller de Paco Roncero
Una cocina-comedor donde huele a tierra húmeda. Una mesa convertida en acuario donde se ven, gracias a varios proyectores, decenas de peces nadando cerca de tu plato. Un vaso cuyo contenido, sin saber por qué, se convierte en un remolino.En el taller, donde se han usado aluminios de calidad aeronáutica, tecnología de alta precisión e ingeniería derivada de la industria del cine, el que es por algunos considerado el discípulo más aventajado de Ferrán Adriá experimenta con la comida y con sus propios clientes.
“Lo importante no solo es el plato, sino lo que hay alrededor, y a partir de ahí empezamos a trabajar; convertimos el taller en un pequeño teatro donde la gente puede comer con los cinco sentidos, jugando con temas olfativos, audiovisuales…”, afirma Roncero.
Fuente: El Mundo
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