La hora del Sur
Cómo es el plan en marcha para que la Comuna 8, que comprende a Villa Riachuelo, Villa Soldati y Villa Lugano se convierta en una Ciudad.
Finalmente Buenos Aires empieza a hacer realidad su nuevo plan urbano. Y, a diferencia con lo que viene ocurriendo históricamente, lo hace poniendo fichas en una de las áreas más postergadas de la Ciudad. Será con el Plan Maestro para la Comuna 8, esa vasta zona del sur profundo compuesta por Villa Riachuelo, Villa Soldati y Villa Lugano.
Eligieron empezar por el lugar de la Ciudad donde con menos presupuesto se pueden realizar los cambios más dramáticos y visibles. Tomando el ejemplo de Medellín, en Colombia, allí empezaron por las comunas 1 y 2, las más pobres de la ciudad, donde construyeron el metrocable, la Biblioteca parque Santo Domingo y una red de espacios públicos.
Aquí, en la Comuna 8, no hay tanto problema con el transporte. El área se encuentra bien comunicada con autopistas, el tren y el premetro. Y tiene metros cuadrados de espacios verdes de sobra. Lo que, por lo visto, no garantiza nada. Como dice el geógrafo Fernando Alvarez de Celis del equipo de Desarrollo Urbano porteño: “Es un área con grandes zonas subutilizadas por lo que no llega a conformar ‘ciudad’ que es lo que este plan pretende lograr”.
Tal vez lo más característico de la zona sea esa inmensa torre de lo que fue el Parque de la Ciudad; el rugido de motores del Autódromo Juan y Oscar Gálvez; o la traumática pista donde se saca el registro en Parque Roca. Para los arquitectos este confín de la ciudad fue terreno de experimentación. Allí se erigieron esos descomunales conjuntos habitacionales como los llamados Lugano I y II, que mostraron los límites del urbanismo moderno, que negando la ciudad tradicional creyó que con organizar las funciones habitar, trabajar, circular y recrearse bastaba para alcanzar una mejor calidad de vida. Aquí está todo eso: torres de vivienda, industrias, autopistas y mucho espacio verde. Pero la suma de las partes no hace una buena ciudad.
En el diagnóstico hecho por la Secretaría de Planeamiento figuran, entre muchos otros, los siguientes datos. Es la zona de Buenos Aires con menor densidad promedio –80 habitantes por hectárea–. Más del 50% de su población está por debajo de los estratos socioeconómicos medio-bajo y bajo. El nivel de desocupación llega al 20%. Y además los índices de educación y sanitarios son los más bajos de todo el distrito.
Del total de obras que se realizaron en la Ciudad entre 1998 y 2011, solo bendijo a esta comuna el 1,29%. Y además sus terrenos son los más baratos del mercado: muchos ni llegan a los US$ 400 el m2. Cifras más cifras menos, son la radiografía de un área hasta ahora olvidada que puede convertirse en un área de oportunidades.
Ahora la idea es “hacer ciudad”. Con un mix de inversión pública y privada hacer de esta zona un lugar atractivo para llevar a los sectores medios a colonizar estas tierras.
El motor del proyecto es la anunciada Villa para los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Pero también, la creación del Distrito del Deporte que dará incentivos a la instalación de industrias derivadas de la actividad y a la localización de estadios, escuelas u otros tipos de infraestructuras deportivas.
El plan para el desarrollo social, económico y urbanístico de la Comuna 8 también impulsa la construcción de un predio Ferial, la nueva Terminal de ómnibus y un área comercial de cierta escala. Además transformarán los espacios abiertos hoy subutilizados en nuevas plazas y parques. Y urbanizarán el sector para crear condiciones adecuadas para promover inversiones privadas en viviendas para la clase media y baja.
El nuevo tejido residencial servirá de ensayo para un nuevo tipo urbano que definió el llamado Modelo Territorial del Plan Urbano Ambiental. Son las Unidades de Sustentabilidad Básica o macromanzanas cuyas calles están diseñadas como espacios públicos y desalientan el uso del automóvil particular. Tendrán edificios de alturas de planta baja y unos 9 pisos. “No se piensa en vivienda privada y social por separado –asegura de Celis– sino en un único tipo de vivienda de calidad a precios accesibles con créditos e inversión privada.” Y en cuanto a las villas existentes agrega que la idea es urbanizarlas siguiendo los exitosos modelos de Medellín y de Favela Bairro en Brasil.
En los últimos tiempos, afortunadamente la visión urbana cambió. Cuando Buenos Aires se postuló como sede para los Juegos Olímpicos de 2004, el plan proponía reequipar el corredor del río, la zona más privilegiada de la Ciudad y aumentando en consecuencia la inequidad. En esta ocasión, elegida como sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, es de esperar que la nueva Villa Olímpica sirva de puntapié inicial para desarrollar esta área tan postergada. Que con ella le lleguen nuevas infraestructuras, equipamientos con bellos edificios, calles y veredas arboladas para caminar y encontrarse, cafés y locales con atractivas vidrieras, plácidas plazas, y por que no las bicisendas… En fin que de una vez por todas le llegue ciudad.
Fuente: http://arq.clarin.com
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