Parece que en Nueva York están como locos por los nuevo micro departamentos para solteros que están construyendo en Brooklyn. Empezaron con un edificio con 55 unidades prefabricadas que van de los 24 a los 34 metros cuadrados, pero quieren hacer más. Ya están montando los deptos con una grúa como si apilaran cajas una sobre otra. En julio, el edificio va a estar listo y algunos dicen que esos departamentos, con menos superficie que la mínima aceptada hasta ahora, solo van a ser buen negocio para los inversores, pero que serán malísimos para la gente. Y, por su puesto, están los que opinan todo lo contrario: que con más departamentos más chicos bajarán los precios y con eso ganarán todos.
Pero más allá de los problemitas que tienen en la Gran Manzana con el tamaño, resulta que ahora caigo en la cuenta de que esos pretendidos mini deptos, el gran escándalo americano, son más grandes que los que se hacen en Buenos Aires.
Para no quedarme con la duda, consulté al arquitecto Agustín García Puga, experto en código y vicepresidente segundo de la Sociedad Central de Arquitectos. “En Buenos Aires, la superficie mínima de un monoambiente es de 29,30 metros cuadrados cubiertos”, me explica y detalla: el estar-dormitorio-comedor no debe tener menos de 20 metros cuadrados; el baño, 3,30 y la cocina-lavadero, 6. “¡Ah!, tiene que tener un balcón de 1,20 metro cuadrado”, agrega.
Bueno, hasta acá, se podría decir que los departamentostos porteños quedaron en la mitad entre los 24 y los 34 metros de las unidades mínimas yankis, pero resulta que “hecha la ley, hecha la trampa”, como aclara mi amigo García Puga: “En algunos barrios, los edificios de vivienda pueden tener hasta un 30% de unidades destinadas a oficinas comerciales o estudios profesionales. ¿Y qué son esas oficinas y estudios? Unidades que pueden tener 16 metros cuadrados más baño, sin balcón”. ¡Ajá! Y ahí sí que superamos a los yonis, porque en una oficina o en un estudio nadie puede impedir que viva gente. ¡Así alcanzamos la menor superficie legalmente aceptada del continente! ¡Ja!
En Estados Unidos, las nuevas unidades mini son un truco para lograr alquileres más baratos. Es que en Nueva York, hasta alquilar una pocilga es imposible. Para tener una idea, en este nuevo invento que se llama My Micro NY alquilarán departamentos por dos y tres mil dólares mensuales.
El truco de los inversores estadounidenses para hacer atractivos los micro departamentos es equiparlos con muebles rebatibles y mesas corredizas que permitan transformar el ambiente de un estar durante el día a un dormitorio por la noche. Además, los yankis descubrieron que cuanto más chicos los deptos, más amenities necesitan. Así, en Brooklyn y Queens, cada vez serán más las torres de mini departamentos que tienen lugares de uso común como terrazas, estudios, jardines, gimnasio, lavadero, espacio para bicicletas y bauleras. Es decir: amenities para todos y para todas.
Para los yankis, dicen, bajar los límites de superficie mínima está bien porque la mayoría de los neoyorquinos solteros está acostumbrada a vivir en un espacio pequeño y compartido. Y cada vez son más las personas que viven solas.
Acá puede estar pasando lo mismo sin que nos demos cuenta. En 1980, una de cada 15 personas de 15 años o más vivía sola. Treinta años después, la cantidad aumentó a una de cada seis personas. Hoy, los que viven solos en la Ciudad son, sobre todo, jóvenes de entre 25 y 34 años y mayores de 65 años.
Esta debe ser la razón por la que cada vez se construyen más departamentos chicos. Las estadísticas muestran que, en los últimos años, casi el 80% de los permisos de construcción son para edificios con departamentos de uno y dos ambientes.
Por otro lado, paradójicamente, la superficie construida de Buenos Aires crece, mientras que la población decrece. Eso implica que cada vez hay más superficie disponible por habitante. En 2001, la superficie construida por porteño era de 31 metros cuadrados; y en 2010, de 52 metros cuadrados. Lo que es un lujo. El primer departamento al que fui a vivir tenía dos ambientes en 36 metros cuadrados. Con veintipico, me sentía el rey de Nueva York.
Sin embargo, esos 52 metros que le corresponden a cada porteño son sólo estadísticas. Si me suman a mí, mi mujer y mis tres hijos, según una estricta matemáticas, ya tendríamos un lindo depto de 260 metros cuadrados, y no es así ni a palos. Alguien se quedó con los metros cuadrados que me tocan.
* Editor Adjunto ARQ
FUENTE: http://arq.clarin.com/
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