martes, 16 de octubre de 2012

DISEÑO

Amigable y didáctico

Por fernanda martínez - Especial Para Clarín

El equipamiento GUMI es el resultado de una investigación interdisciplinaria encarada por dos diseñadoras industriales. Módulos livianos, flexibles y apilables.

FLEXIBLE. Se adapta a las necesidades de los chicos: 
rebotar, jugar, leer, saltar y descansar.

El diseño de objetos para niños está en constante crecimiento y ofrece propuestas innovadoras de alta calidad, tanto en lo referido a la imagen como a funcionalidad. Tal es el caso de GUMI, un nuevo concepto en equipamiento didáctico. Se trata de módulos blandos y flexibles de varios colores, cuya finalidad es la de promover dispersión, juego y descanso para niños a partir de los 2 años de edad.

Cecilia Rappallini y Erika Salerno, sus creadoras, se conocieron en el 2011, durante el último año de cursada de la carrera de Diseño Industrial. El proyecto nació a partir de la tesis para la materia Diseño 5, de la Cátedra Galán, de la FADU - UBA. “Desarrollamos una profunda investigación en el campo de la educación. Encontramos diversas necesidades en el área, que nos llevaron a pensar en la incorporación de equipamiento que fomentara en los niños momentos de dispersión y esparcimiento”, dicen las diseñadoras, cuyo producto ya se comercializa en instituciones pedagógicas. Y agregan: “Diseñamos para niños porque pensamos que hoy las exigencias de los adultos se traducen en exigencias para ellos. A través de un producto que propone la distensión, el esparcimiento y el jugar por jugar, colaboramos con el libre desarrollo de las capacidades que tienen las personas”, sostienen.

A partir de la experiencia de Salerno como docente de Tecnología en el campo de la educación pública , indagaron cómo llevar a cabo el proyecto. “Se nos ocurrió que podíamos realizar un aporte a través de una investigación interdisciplinaria. Nos entrevistamos con docentes, directoras de escuelas públicas, sociólogos, psicólogos y padres. Así logramos una comprensión global y realizamos un trabajo de campo en instituciones y hogares, para estudiar las necesidades de los niños”, explican.

A su vez, Salerno agrega: “Concretar el producto nos llevó cuatro meses que incluyeron investigación, evaluación de alternativas, funcionalidades, estética, ergonomía, posibilidades técnico-productivas y prototipado. En principio, la meta era armar un prototipo funcional. Nos interesamos en la materialidad de las pelotitas antiestrés, ya que buscábamos generar estas sensaciones en los niños. Vimos que podíamos concretarlo a través del uso de espuma de poliuretano, material muy poco explorado en la industria del juguete. Luego conocimos a un fabricante del rubro del poliuretano que nos ayudó”.

Si bien intentan consolidar la venta local de sus productos e “introducir una impronta de diseño argentino que se incorpore al imaginario infantil con identidad propia”, Rappallini y Salerno tienen el objetivo de llegar con Gumi hasta Chile y Brasil. En tanto, los módulos fueron seleccionados para participar de Innovar y se exhiben en Tecnópolis. Mientras, siguen desarrollando nuevos productos en espuma de poliuretano para niños y no tan niños: “Vamos a ampliar la familia con un producto realizado en espuma viscoelástica”, concluyen.


Fuente: http://www.clarin.com
 
 

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