viernes, 14 de diciembre de 2012

ACTUALIDAD

Consejos para trabajar la madera en la construcción

Cuáles son los hongos e insectos que atacan al material y disminuyen su capacidad portante. Cómo prolongar su vida útil.

 SISTEMAS. En los techos, usar siempre un material impermeable bajo cubierta.


Es muy variable la capacidad de las maderas para resistir el ataque de los hongos, la humedad, los insectos y el fuego. Su naturaleza compromete su durabilidad. Por eso, la industria ha generado medios para preservarlas en forma artificial.

Uno de los problemas característicos de algunas maderas es la presencia de nudos, que desmejoran la calidad de la pieza en su aspecto estético y estructural. Cada nudo muerto es más oscuro y de fácil desprendimiento. Además, se convierte en un punto débil por una resistencia disminuida con respecto a la madera que lo originó. Los nudos no revisten importancia cuando se trata de piezas largas sometidas a compresión.

Como material de origen orgánico, la madera sufre ataques biológicos por parte de hongos e insectos como la carcoma, la polilla, la termita o el teredo, que se alimentan de la celulosa o la lignina.

Los hongos son transportados en forma de esporas por el viento o las aves y, si bien se alimentan principalmente de los almidones, lignina y celulosa, no atacan los canales que estructuran el tronco. Por lo tanto, no la debilitan estructuralmente.

El desarrollo de los hongos es posible si tienen una humedad constante superior al 30%, oxígeno, un medio ácido y una temperatura óptima de 10° C a 17°C. Los síntomas que presenta la madera son espumas en forma de algodón color blancuzco o gris claro.

Si bien los hongos requieren elevados contenidos de humedad, resisten en estado latente en periodos de sequía. Se desarrollan preferentemente en elementos situados en el exterior y en la madera insuficientemente desecada.

Mohos y hongos cromógenos. Los seres bióticos solamente afectan a la tonalidad de la madera, no a su resistencia. Necesitan un alto contenido en humedad, fructificando en pequeños cuerpos en forma de botella que perfora incluso la capa de pintura.

Hongo doméstico (Merulius lacrimans). Se desarrolla en masas blancuzcas algonodosas con exudaciones que caen en gotas. También pueden tener color grisáceo. Necesitan una alta humedad. Para prevenir, se necesita una ventilación adecuada.

Pudrición verde, azul (Ceratostomella). Ataca a las células de reserva, pero no afecta a tejidos leñosos ni a su resistencia. Sin problemas en construcción, pero los hongos no van solos.

Madera pasmada. Madera que ha sufrido pudrición por una especie heterogénea de hongos con velocidad variable. Con bastante colorido, con líneas o vetas de color oscuro que son los limites entre las clases de hongos. Las pudriciones corresponden al estado residual de las fibras de la madera, después de haber sido consumidos por determinados hongos.

Pudrición parda (Polyporus sulphureus). Es parda, prismática y seca. Ataca a la celulosa dejando residuos de lignina. Cuando la madera ha perdido en 10 – 20% de su peso, pierde el 90 – 95% de su resistencia mecánica (se vuelve como el corcho), alcanzando una fragilidad tal que rompe fácilmente en formas paralepípedas, incluso se transforma en polvo al ser presionada con los dedos.

Pudrición blanca (Polyporus borealis). Ataca a la lignina y se decapa la madera. Necesita un contenido de humedad muy elevado (30 – 60 %) por lo que aparecen en maderas próximas al suelo, empotradas, en sótanos o bajo cubierta no ventilada. La madera pierde totalmente su resistencia.

Coniophora cerebella. De color pardo. Ataca en ambientes húmedos a la madera insuficientemente desecada. Su estructura algodonosa tiene forma de láminas bien diferenciadas de color rojizo que degeneran en colores negruzcos.

Factores a tener en cuenta para prevenir el deterioro por ataque de hongos:

• Nunca utilizar madera verde, es decir, sin el proceso de secado correspondiente, o con más de 20% de humedad.
• Elegir las especies de madera que sean menos susceptibles de ser atacadas.
• Evitar, mediante el diseño, que la madera tenga las condiciones que el hongo necesita para desarrollarse. Como regla general, se deben evitar detalles en los que el agua quede instalada por un largo tiempo en la madera. Si quedara expuesta a la lluvia, se deberá procurar que el agua escurra. Algunos factores a tener en cuenta en el diseño:
• Utilizar cubiertas de buena calidad.
• Cuidar que las cubiertas estén bien colocadas y evitar roturas que produzcan goteras.
• Utilizar siempre un impermeable adecuado bajo cubierta y bien colocado, especialmente en las uniones con la mampostería.
• Evitar tuberías o canaletas con pérdidas que generen goteras.
• Evitar en lo posible el amurado directo de la madera en la mampostería mediante el uso de elementos de transición como hierro o proteger la zona de la madera amurada con un producto impermeable.
• Cuidar la buena ejecución de las uniones laterales de techo con la mampostería.
• Evitar que las columnas queden directamente empotradas en el piso.
• Es fundamental el diseño de ambientes bien ventilados.

Si el hongo no es eliminado, termina pudriendo a las fibras luego de un largo período de permanencia. La putrefacción provoca la pérdida de celulosa y aumenta, como resabio, la presencia de la lignina. Así, la madera pierde casi toda su capacidad resistente de tal modo que, ante la menor presión, se deshace en formas de prismas.

Cuando se ataca a la lignina, la madera se transforma en una especie de hojaldre. Esto ocurre en sitios con humedad alta (superiores y constantes al 30%) como en subsuelos, pilotes, pisos o entablonados de techo sin ventilación. Este ataque también debilita totalmente la resistencia de la madera.

Uno de los mejores métodos de prevención es la impregnación, con vacío e inyección, de sales de cromo, cobre y arsénico para estabilizar la estructura de la madera y mejorar sus defensas ante el ataque de insectos, hongos o la intemperie.

Resistencia natural

La capacidad de resistir agentes bióticos, en especial los hongos, se denomina “durabilidad o resistencia natural”. En el caso de aplicarle a la madera productos preservantes, esta capacidad se denomina “durabilidad adquirida”.

En las especies de alta resistencia natural, el duramen es muy rico en sustancias fenólicas, tánicas o de otro tipo que no permiten el ataque de hongos, actuando como verdaderos preservantes naturales.

En general, la albura va a ser siempre más susceptible que el duramen, pues contiene sustancias ricas en hidratos de carbono que sirven de alimento a los hongos y otras especies vivas.

Consideraciones a tener en cuenta al proyectar y construir:

Deck: Evitar que las perforaciones de clavos o tornillos permitan el ingreso de humedad. No apoyar la madera directamente sobre la tierra.

Vigas: Evitar la exposición a la intemperie de los extremos (testas).

Columnas: No deben ser enterradas. Tampoco se deben colocar sobre elementos que actúen como recipientes y mantengan el agua estacionada durante un largo tiempo luego de una lluvia.

Pérgolas: La superposición de maderas en una pérgola permite que quede el agua estancada en las uniones.

Cenefa: Una cubierta defectuosa y un impermeable mal colocado (sin desagote en la cenefa) genera una zona de mucho riesgo.

Encastre: Una unión tipo caja y espiga ubicada en la parte inferior de una baranda genera un alojamiento de agua.

Amurado: La madera sin protección amurada en la mampostería es motivo de alto riesgo.

Vigas laminadas: Aquellas vigas que no hayan sido fabricadas especialmente para exteriores, no deben quedar expuestas a la intemperie.

Madera preservada

Para evitar la agresión de la intemperie, el moho, los hongos y los insectos, se pueden tomar algunos recaudos:

• Garantizar un manejo forestal sustentable, tanto en la explotación de los montes naturales como en los de implantación.

• Hacer un correcto maquinado de la materia prima para evitar defectos en la escuadría de las piezas.

• Realizar un secado controlado para obtener la estabilidad dimensional de las piezas elaboradas y evitar las deformaciones y rajaduras. Además, hay que eliminar el ataque de hongos y aumentar el valor de las propiedades mecánicas.

• Impregnar su masa con preservantes con sales especificados por la norma IRAM 9515. Los preservadores que van sobre la superficie son menos eficaces.

Sin embargo, aunque la madera esté protegida de la intemperie, sus componentes constitutivos sufren los efectos de la variación de la humedad y el ataque de insectos por su ubicación en una construcción. Esto acarrea consecuencias diversas, según el tipo de madera y el proceso de industrialización.

Por su carácter orgánico, la madera necesita de controles especiales durante su procesamiento. La certificación de su industrialización contribuye a eliminar las causas de patologías que se presentan.

Junto con las normas ISO, existe la certificación del Forest Stewardship Council (FSC), que fija los principios para un buen manejo de este recurso natural y revisa toda la cadena productiva desde el bosque hasta el producto final.

El FSC es una organización internacional no gubernamental, cuya meta es promover un manejo ambiental responsable y económicamente viable en los bosques del planeta. Todos los productos que cumplan con los requerimientos del FSC pueden obtener esta certificación internacional, que determina que los bosques inspeccionados son manejados de acuerdo a un conjunto de estándares convenidos. Con esta certificación de los bosques nativos o implantados y de los procesos de industrialización en la cadena de custodia, se accede a los mercados internacionales de exportación que así lo exigen, asegurando un proceso de explotación sustentable y una acorde calidad del producto final.

Fuente: http://www.clarin.com/arq

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