Paseando por los barrios de Buenos Aires es difícil no preguntarse por la mezcla de estilos que se ve en las calles. La casa de la esquina, el negocio de rotisería de al lado, la parrilla de media cuadra, incluso los estacionamientos tienen detalles que despiertan curiosidad. Ni que hablar de los grandes palacetes y construcciones de la zona cívica, donde dan ganas de ser turista todos los días para contemplarlos como si fuera la primera vez. La historia tuvo todo que ver en este eclecticismo arquitectónico, ya que Buenos Aires fue creciendo y haciéndose como consecuencia de distintas corrientes inmigratorias de varias culturas.
Estilo colonial
Poco queda en la Ciudad de esta arquitectura simple y sin adornos, que surgió en el siglo XVIII. En estas construcciones, muy homogéneas, sólo las alfombras brindaban algo de color ya que los azulejos no existían en Buenos Aires. Nuestra selección para una muestra acabada de estilo incluye el Cabildo, la Basílica Nuestra Señora del Pilar, elMuseo de Arte Hispanoamericano Fernández Blanco y La Manzana de las Luces.
Estilo neoclásico
Es un estilo que invita a pensar en los templos griegos: columnas, cúpulas, ventanas y puertas con arcos, frontones triangulares y planos que subrayan las jerarquías del espacio. En Buenos Aires puede verse en el Congreso Nacional y su cúpula verde; la Casa Rosada, el Teatro Colón, la Catedral. Este estilo también se deja ver en su faceta más popular, casi a la vuelta de la esquina si se mira con atención: ventanas francesas, puertas con arcos y fronstipicios, edificios con escaleras y grandes y ampulosas entradas. Si bien la arquitectura neoclásica está por todas partes, en el barrio de Recoleta abunda especialmente. Muchas casas neoclásicas están situadas en esquinas a las que se les ha cortado el vértice y se llaman popularmente “ochavas”, por su forma octogonal. La avenida más coqueta de la zona y sin dudas un lugar obligado de visita, es la Avenida Alvear, con petits hotels y palacetes que lo dejan a uno sin aliento. Incluso en este barrio hay grandes centros comerciales que manifiestan este estilo con encanto y audacia.
Art noveau
El art noveau fue el estilo que definió el inicio del siglo XX en la mayor parte de las ciudades del mundo y, finalmente, también en Buenos Aires. Algunos ejemplos famosos de estas líneas curvas y esa asimetría tan típica de este estilo son el Palacio Barolo, inspirado en la cosmología de la “Divina Comedia” de Dante, y la confitería El Molino, una cafetería de varios pisos cerca del Congreso Nacional. Muy cerca del edificio del Congreso se pueden ver también muchos ejemplos de arquitectura art noveau en el barrio de Balvanera. En la calle Rivadavia, el arquitecto Eduardo Rodríguez Ortega construyó dos impresionantes obras maestras de inspiración gaudiniana: el Palacio de los Lirios y, justo al lado, un edificio en cuya fachada se puede leer “No hay sueños imposibles”. Balvanera también es el barrio donde Virginio Colombo vivió y trabajó. Se pueden ver dos de sus “casas de alquiler”, una frente a otra, en la calle Hipólito Yrigoyen. Más alla de estas joyitas que hay que visitar, el estilo se manifiesta esencialmente en residencias particulares.
Estilo art deco
Destacados ejemplos art decó en Buenos Aires incluyen el edificio Kavanagh, el rascacielos más alto de América del Sur en sus días, y el Mercado de Abasto, el viejo mercado de frutas y verduras (hoy un centro comercial) construido en el antiguo barrio de Carlos Gardel, inconfundible con su silueta masiva de arcos color ocre. El art decó aparece entremezclado con otros estilos en gran parte de la ciudad. La arquitectura art decó debutó en Francia en 1925, e hizo furor durante la Gran Depresión y la década de 1940. Tan solo hay que mirar hacia arriba y buscar las formas geométricas y las líneas duras en las fachadas de los edificios para reconocerlo.
FUENTE: http://www.turismo.buenosaires.gob.ar/
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