Mucho se ha hablado
-y escrito- acerca de la gestión de un proyecto de arquitectura, pero pocas
veces este aspecto ha sido definido en forma cabal. Comenzaremos acordando que
un Proyecto conforma un conjunto de antecedentes que permiten juzgar
cualitativa y cuantitativamente las ventajas y desventajas que presenta la
asignación de recursos en una determinada iniciativa, en nuestro caso, una obra
de arquitectura. Este análisis demanda la generación de una propuesta ordenada
de ciertas acciones que pretenden la solución o reducción de la magnitud de un
problema que afectarán a un grupo, en la que se plantea el tamaño,
características, tipos y períodos de los recursos requeridos, dentro de las
limitaciones técnicas, sociales, económicas y políticas en las que se
desenvolverá el planteo. Por todo lo planteado hasta aquí consensuamos que un
proyecto presenta una capital importancia a la hora de arribar a buen puerto
con nuestra idea arquitectónica inicial.
Un buen proyecto
facilita a las empresas el análisis de las posibilidades y beneficios que se
obtendrán, modificar los procesos utilizados, proponer nuevas técnicas
constructivas; al tiempo de posibilitar la clara identificación, análisis y
selección de alternativas de solución adecuadas a las necesidades o problemas
específicos planteados. En suma, un óptimo proyecto aporta a la toma de
decisiones, al recomendar la solución técnica más adecuada e indicar los
resultados que se esperan obtener con su implementación y operación.
La gestión de proyectos constituye la aplicación de conocimientos, habilidades, herramientas y técnicas a las actividades de un proyecto para satisfacer los requisitos del mismo. La gestión de proyectos se logra mediante la aplicación e integración de los procesos de gestión de proyectos de inicio, planificación, ejecución, seguimiento y control. El director del proyecto es la persona responsable de alcanzar los objetivos.
El rol del Director de Obras es el encargado de interpretar y hacer cumplir el proyecto. Su gestión técnica incluye identificar los requisitos, establecer claros objetivos siendo factibles de realizar, equilibrar las demandas concurrentes de calidad, alcance, tiempo y costos, adaptar las especificaciones, los planes y el enfoque de las diversas inquietudes y expectativas de los diferentes actores involucrados en el proceso.
Es importante destacar que muchos de los procesos incluidos en la gestión de proyectos son repetitivos debido a la existencia o la necesidad de elaborar gradualmente el proyecto durante el ciclo de vida del mismo.
Todo proyecto supone inicialmente formalizar una serie de estudios antes de tomar la decisión formal de canalizar o no recursos hacia algún objetivo particular. Se incluyen aquí las acciones de:
Identificación: Explicación de los aspectos principales de la necesidad u oportunidad y el planteamiento de las posibles alternativas de solución.
Selección: Elección de él o los proyectos que maximizan los beneficios, teniendo en cuenta las restricciones de capital y, desde luego, la magnitud del riesgo.
Formulación: Permite clarificar los objetivos del proyecto y analizar en detalle las partes que lo componen.
Todo proyecto se inicia con una buena idea. La misma tiene por objetivo clarificar una opción que se presenta entre muchas, para atender una necesidad, una carencia, un problema o aprovechar una oportunidad, teniendo en cuenta los aspectos económicos, técnicos, institucionales, ambientales, sociales y financieros de las obras de arquitectura.
Como vemos, un proyecto de arquitectura es mucho más que un rollo de planos y algunos textos.
FUENTE: http://entreplanos.com.ar/
La gestión de proyectos constituye la aplicación de conocimientos, habilidades, herramientas y técnicas a las actividades de un proyecto para satisfacer los requisitos del mismo. La gestión de proyectos se logra mediante la aplicación e integración de los procesos de gestión de proyectos de inicio, planificación, ejecución, seguimiento y control. El director del proyecto es la persona responsable de alcanzar los objetivos.
El rol del Director de Obras es el encargado de interpretar y hacer cumplir el proyecto. Su gestión técnica incluye identificar los requisitos, establecer claros objetivos siendo factibles de realizar, equilibrar las demandas concurrentes de calidad, alcance, tiempo y costos, adaptar las especificaciones, los planes y el enfoque de las diversas inquietudes y expectativas de los diferentes actores involucrados en el proceso.
Es importante destacar que muchos de los procesos incluidos en la gestión de proyectos son repetitivos debido a la existencia o la necesidad de elaborar gradualmente el proyecto durante el ciclo de vida del mismo.
Todo proyecto supone inicialmente formalizar una serie de estudios antes de tomar la decisión formal de canalizar o no recursos hacia algún objetivo particular. Se incluyen aquí las acciones de:
Identificación: Explicación de los aspectos principales de la necesidad u oportunidad y el planteamiento de las posibles alternativas de solución.
Selección: Elección de él o los proyectos que maximizan los beneficios, teniendo en cuenta las restricciones de capital y, desde luego, la magnitud del riesgo.
Formulación: Permite clarificar los objetivos del proyecto y analizar en detalle las partes que lo componen.
Todo proyecto se inicia con una buena idea. La misma tiene por objetivo clarificar una opción que se presenta entre muchas, para atender una necesidad, una carencia, un problema o aprovechar una oportunidad, teniendo en cuenta los aspectos económicos, técnicos, institucionales, ambientales, sociales y financieros de las obras de arquitectura.
Como vemos, un proyecto de arquitectura es mucho más que un rollo de planos y algunos textos.
FUENTE: http://entreplanos.com.ar/
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