lunes, 16 de diciembre de 2013

ACTUALIDAD

La hora del Sur

Cómo es el plan en marcha para que la Comuna 8, que comprende a Villa Riachuelo, Villa Soldati y Villa Lugano se convierta en una Ciudad.

 


Finalmente Buenos Aires empieza a hacer realidad su nuevo plan urbano. Y, a diferencia con lo que viene ocurriendo históricamente, lo hace poniendo fichas en una de las áreas más postergadas de la Ciudad. Será con el Plan Maestro para la Comuna 8, esa vasta zona del sur profundo compuesta por Villa Riachuelo, Villa Soldati y Villa Lugano.

Eligieron empezar por el lugar de la Ciudad donde con menos presupuesto se pueden realizar los cambios más dramáticos y visibles. Tomando el ejemplo de Medellín, en Colombia, allí empezaron por las comunas 1 y 2, las más pobres de la ciudad, donde construyeron el metrocable, la Biblioteca parque Santo Domingo y una red de espacios públicos.

Aquí, en la Comuna 8, no hay tanto problema con el transporte. El área se encuentra bien comunicada con autopistas, el tren y el premetro. Y tiene metros cuadrados de espacios verdes de sobra. Lo que, por lo visto, no garantiza nada. Como dice el geógrafo Fernando Alvarez de Celis del equipo de Desarrollo Urbano porteño: “Es un área con grandes zonas subutilizadas por lo que no llega a conformar ‘ciudad’ que es lo que este plan pretende lograr”.

Tal vez lo más característico de la zona sea esa inmensa torre de lo que fue el Parque de la Ciudad; el rugido de motores del Autódromo Juan y Oscar Gálvez; o la traumática pista donde se saca el registro en Parque Roca. Para los arquitectos este confín de la ciudad fue terreno de experimentación. Allí se erigieron esos descomunales conjuntos habitacionales como los llamados Lugano I y II, que mostraron los límites del urbanismo moderno, que negando la ciudad tradicional creyó que con organizar las funciones habitar, trabajar, circular y recrearse bastaba para alcanzar una mejor calidad de vida. Aquí está todo eso: torres de vivienda, industrias, autopistas y mucho espacio verde. Pero la suma de las partes no hace una buena ciudad.

En el diagnóstico hecho por la Secretaría de Planeamiento figuran, entre muchos otros, los siguientes datos. Es la zona de Buenos Aires con menor densidad promedio –80 habitantes por hectárea–. Más del 50% de su población está por debajo de los estratos socioeconómicos medio-bajo y bajo. El nivel de desocupación llega al 20%. Y además los índices de educación y sanitarios son los más bajos de todo el distrito.

Del total de obras que se realizaron en la Ciudad entre 1998 y 2011, solo bendijo a esta comuna el 1,29%. Y además sus terrenos son los más baratos del mercado: muchos ni llegan a los US$ 400 el m2. Cifras más cifras menos, son la radiografía de un área hasta ahora olvidada que puede convertirse en un área de oportunidades.

Ahora la idea es “hacer ciudad”. Con un mix de inversión pública y privada hacer de esta zona un lugar atractivo para llevar a los sectores medios a colonizar estas tierras.

El motor del proyecto es la anunciada Villa para los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Pero también, la creación del Distrito del Deporte que dará incentivos a la instalación de industrias derivadas de la actividad y a la localización de estadios, escuelas u otros tipos de infraestructuras deportivas.

El plan para el desarrollo social, económico y urbanístico de la Comuna 8 también impulsa la construcción de un predio Ferial, la nueva Terminal de ómnibus y un área comercial de cierta escala. Además transformarán los espacios abiertos hoy subutilizados en nuevas plazas y parques. Y urbanizarán el sector para crear condiciones adecuadas para promover inversiones privadas en viviendas para la clase media y baja.

El nuevo tejido residencial servirá de ensayo para un nuevo tipo urbano que definió el llamado Modelo Territorial del Plan Urbano Ambiental. Son las Unidades de Sustentabilidad Básica o macromanzanas cuyas calles están diseñadas como espacios públicos y desalientan el uso del automóvil particular. Tendrán edificios de alturas de planta baja y unos 9 pisos. “No se piensa en vivienda privada y social por separado –asegura de Celis– sino en un único tipo de vivienda de calidad a precios accesibles con créditos e inversión privada.” Y en cuanto a las villas existentes agrega que la idea es urbanizarlas siguiendo los exitosos modelos de Medellín y de Favela Bairro en Brasil.

En los últimos tiempos, afortunadamente la visión urbana cambió. Cuando Buenos Aires se postuló como sede para los Juegos Olímpicos de 2004, el plan proponía reequipar el corredor del río, la zona más privilegiada de la Ciudad y aumentando en consecuencia la inequidad. En esta ocasión, elegida como sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, es de esperar que la nueva Villa Olímpica sirva de puntapié inicial para desarrollar esta área tan postergada. Que con ella le lleguen nuevas infraestructuras, equipamientos con bellos edificios, calles y veredas arboladas para caminar y encontrarse, cafés y locales con atractivas vidrieras, plácidas plazas, y por que no las bicisendas… En fin que de una vez por todas le llegue ciudad.

Fuente: http://arq.clarin.com

ARQUITECTURA

Vivienda en Vallvidrera - Barcelona 



El proyecto se sitúa en el barrio de Vallvidrera, un barrio residencial que se eleva sobre la ciudad de Barcelona en el entorno del parque natural de Collserola, en una pequeña parcela de dimensiones muy reducidas, geometría irregular y acusado desnivel, situada entre un valle y un bosque de pinos.

Los clientes, una pareja ya jubilada que había vivido durante años en la misma parcela, habían decidido construir una nueva casa que debía ser moderna, funcional y fácil de mantener.

Los objetivos del proyecto eran conseguir una superficie de edificación máxima, costes ajustados y optimizar la orientación de las ventanas hacia el valle a la vez que protegiendo la intimidad.

Para ello se creó un monovolumen compacto de tres plantas cuya geometría nace de la forma y desnivel de la propia parcela, retomando la tipología local de cubiertas inclinadas y ensanchándose en sus plantas superiores para ganar una superficie adicional.

Formalmente este volumen consiste en un cubo en el que cada una de sus caras se divide en cuatro cuadrantes.

Las caras superiores se extruyen hacia arriba para formar una cubierta fuertemente inclinada.

Las caras de fachada se giran hacia afuera buscando la mejor orientación al paisaje o la protección de las miradas de los vecinos.

La fachada consiste en una única piel continua color blanco mate que envuelve por igual, las paredes ciegas, la cubierta y los huecos de fachada.

Así, los cerramientos fijos de vidrio y los practicables mediante contraventanas de aluminio perforado, quedan totalmente enrasados con la fachada formando parte de esa piel.

El acceso peatonal y rodado desde la calle, por la parte baja de la parcela, tiene lugar por un vallado semicalado de acero cortén.

Los espacios exteriores están formados por dos terrazas, una frontal al nivel de la calle y una posterior más elevada que da acceso a la vivienda, y una escalinata lateral que las comunica.

El resto del terreno se ha modelado triangulando las pendientes y formando rampas.

Todo el terreno se ha pavimentado con pizarra oxidada típica de la sierra de la Colserolla, bien con piezas largas y estrechas para las zonas planas, bien con piezas pequeñas e irregulares en las partes inclinadas.

En el interior de la vivienda, la planta también está dividida en cuatro cuadrantes marcados por los muros estructurales que sustentan el edificio, y que determinan las diferentes estancias de la casa y el núcleo de las escaleras.

En la planta de acceso, a través de un primer dormitorio y un baño, se pasa a un espacio de doble altura formado por la cocina comedor, que constituye el verdadero corazón de la casa.

Un gran mueble de madera de olmo teñida cubre toda la pared interior, formando el mobiliario de la cocina y el comedor, y extendiéndose de forma continua hasta la planta superior donde forma los armarios de la habitación principal.

Desde este espacio, a través de dos grandes ventanales orientados al paisaje, se tienen las mejores vistas sobre el valle.

Mediante la escalera, situada en el centro de la planta, se asciende a un espacio catalogado de buhardilla, que representa una superficie adicional no computada para la casa.

En esta planta encontramos el dormitorio principal y su baño, orientados al bosque de pinos en la parte posterior de la parcela.

En la planta más inferior se encuentran los espacios de ocio e invitados, comunicando con la terraza frontal. En la franja posterior semi enterrada, están los espacios técnicos y de almacenaje.

Los pavimentos interiores y el revestimiento de los aseos están realizados en piedra natural caliza Capri pulida color marfil, en la misma tonalidad que las paredes, acabadas con pintura color blanco marfil al igual que las carpinterías interiores.

Los tonos marfil contrastan con la madera de nogal teñido, que al igual que la pizarra exterior y el acero cortén, aportan texturas y colores propios de las tierras de la Collserola.








Memoria de calidades y mobiliario


Estructura y muros: piezas prefabricadas de hormigón celular YTONG.

Revestimiento exterior fachada: revestimiento continuo de mortero monocapa Weber.Pral Terra Cemarksa, liso acabado pintado color blanco.

Revestimiento exterior cubierta: piezas cerámicas Colortech, de Tau Cerámica.

Pavimento exterior: piedra natural de pizarra oxidada, grava de pizarra oxidada.

Vallado exterior metálico: vallado de chapa de acero corten, diseño de YLAB arquitectos.

Pavimento interior: piedra caliza Capri pulida.

Paredes y techos: pintura plástica mate blanco marfil.

Aplacados y mobiliario a medida: chapado de madera de nogal tintada, diseño de YLAB arquitectos.

Carpinterías exteriores metálicas: puertas de aluminio Alumafel serie Unno Reforzada, contraventanas practicables de chapa de aluminio perforada, diseño de YLAB arquitectos.

Lámparas suspendidas de techo: apliques de suspensión Milan de Kronn.

Aseo suite: lavabo a medida Basic lacado negro brillo, monomando Trevi de Cromo Stillo, columna de ducha Euphoria, plato de ducha extraplano Malta de Roca, inodoro Meridian de Roca, accesorios de baño cromados serie Metric de Pomdor.

Cocina e isla: mobiliario de cocina acabado chapado de madera de nogal tintada, con encimeras y aplacados de Silestone Negro Tebas, diseño de YLAB arquitectos.

Mobiliario de la sala: sofás tapizados relax de Moons, mesa de centro de roble tintado negro de Rafemar.

Mobiliario cocina-comedor: mesa extensible de roble tintado negro Jerico de Habitat, taburetes de isla de piel blanca Verdi de Habitat, sillas Ryder de Habitat, persianas enrollables tejido screen de Louverdrape.

Fuente: http://www.arquimaster.com.ar

TECNICA

Recursos para aprovechar la luz del sol

Tres sistemas que permiten maximizar las bondades de la luz natural en los ambientes de trabajo.


Los estantes de luz se ubican en la parte sup. de la abertura y reflejan la luz hacia el cielo raso.

Hoy se dispone de recursos muy eficientes para aprovechar la luz solar para iluminar espacios de trabajo, aún aquellos que no tengan ventanas. Se los denomina sistemas de recolección de luz del día y disminuyen la necesidad de la luz eléctrica. De ese modo, con una instalación compleja de sensores y controladores, se consigue entre un 35 a un 60 % de ahorro energético. Para mejorar la iluminación natural, también se puede recurrir a recursos más simples tales como los estantes de luz, una especie de alero interior que refleja la luz solar sobre el cielo raso.

Estas estrategias se adecuan especialmente a los espacios amplios con muchos puestos de trabajo. Para el arquitecto Claudio Sevita, especialista en iluminación eficiente, la correcta planificación, control y utilización de la luz natural debería ser un factor tan importante como otras decisiones proyectuales. “Contamos, en la actualidad, con la posibilidad de utilizar sensores de iluminación natural que miden la fluctuación del ingreso de luz a través de ventanas y lucarnas”, comenta Sevita. Y explica que en Argentina, el concepto de “cosecha de luz natural” (conocido como daylight harvesting ) está muy poco difundido: “Los únicos elementos que usualmente se incorporan en el ámbito profesional son las fotocélulas, los sensores de presencia y algún control sencillo de la iluminación”, enumera.

El objetivo final es aprovechar al máximo la luz natural para ahorrar energía. Para eso, se puede desarrollar un sistema automático de control que establece los niveles de luz natural y, de acuerdo a la zonificación de la planta, administra en encendido y dimerizado de las luminarias. Además de la iluminación artificial (lámparas, balastros, cableado y diseño de la distribución de las luminarias), el sistema debe tener un fotosensor, que puede estar montado en cielo raso, muros o en la luminaria misma. Este sensor mide el nivel de luz entrando al espacio o sobre el plano de trabajo, e instruye al controlador cuando un umbral ha sido avanzado.

A su vez, un controlador, que puede ser un balasto dimerizable o un relay de bajo voltaje, recibe la señal del fotosensor y emite un comando hacia los controles de dimerización o llaves, ajustando la salida de luz del sistema controlado en forma inteligente.

Se completa la instalación con un sensor de ocupación y un foto sensor digital para sistemas “daylightimg” que monitorea permanentemente la luz solar en el ambiente.

Los sistemas, del tipo abierto o cerrado, miden la contribución de la luz natural sobre el plano de trabajo de diferente forma. Los abiertos censan solamente la luz natural entrante, sin la contribución de la iluminación artificial. El fotosensor se instala por fuera del edificio o dentro, cerca de las aberturas. Si se trata de un sistema de conmutación, el fotosensor instruye a las luminarias a apagarse por completo cuando la iluminación natural alcanza los niveles predeterminados. En el caso de un sistema con dimerizacion, el fotosensor instruye al controlador a dimerizar proporcionalmente las luminarias, basado en la contribución de luz natural.

En los sistemas cerrados, se mide la combinación de la luz natural y artificial, y ajustan el nivel de luz de las luminarias a fin de mantener el nivel deseado de iluminación. El fotosensor lee esos cambios generando un feedback (por esto es un circuito cerrado).

“La ventaja de los sistemas abiertos es que son capaces de controlar múltiples zonas desde un solo fotosensor. Opuesto a los cerrados, que requieren que cada zona sea controlada por un fotosensor. El nivel de inversión y complejidad dependerá de cuán ambicioso sea el proyecto”, admite el especialista.

Automatizar la iluminación no es el único camino para ahorrar energía. Los estantes de luz consisten en un alerón que se ubica en el tercio superior de los aventanamientos, por sobre el plano de visión. Su función es recibir rayos directos sobre su superficie paralela al piso, que tiene un tratamiento de alto brillo. “La luz rebota en el cielo raso y en el fondo del local hasta una proporción que es una vez y media la altura del vano por donde penetra la luz solar”, detalla Sevita.

También se ha desarrollado una especie de persiana de varillas metálicas, que consta de una serie de costillas diseñadas para recolectar la luz natural en todo momento del día y estaciones del año y redirigirla al cielo rasos y de ahí a la profundidad del ambiente.

Más sofisticado, el sistema sueco Parans consiste en una luminaria con lentes ubicada en el exterior del edificio. Sigue el recorrido del sol y transmite la luz a través de fibras ópticas hasta las luminarias especiales distribuidas en locales sin aberturas.

Fuente: http://arq.clarin.com

 

 

ARQUITECTURA HOSPITALARIA

New St. Catharines Hospital
St. Catharines, Canada



Arquitectos: B+H
Ubicación: St. Catharines , Canadá
Superficie: 89.187 m²
Año: 2012
Mandante: PCL Constructors Canada Inc.
Colaboradores: Thomas Hanley
Certificaciones: Registro y la orientación LEED Silver
Premio: Toronto Asociación de la Construcción - 2012 Premio Proyecto
Fotografias: Peter Gumpesbergen + Toni Hafk
El nuevo hospital de 375 camas consolidará los servicios de agudos y ambulatorios en un nuevo sitio para los residentes de St. Catharines y el área inmediata.
Además, proporcionará nuevos programas y servicios como el cateterismo cardíaco , el tratamiento del cáncer y de salud mental a largo plazo , mejorar el acceso a estos servicios especializados a los residentes locales . El complejo estado de la técnica también tendrá en cuenta los nuevos servicios a la región.











 Fuente_bharchitects.com

ARQUITECTURA GASTRONOMICA

Restaurante Pakta, en Barcelona

Descripción de los arquitectos. Pakta significa “unión” en el idioma Quechua originario de Perú, unión de dos culturas en este caso, unión de dos gastronomías. El diseño del espacio llevado a cabo por El Equipo Creativo también parte de esta idea, entendiendo que la base de la gastronomía nikkei es la japonesa pero envuelta en los sabores, colores, tradiciones e ingredientes peruanos. Con esta premisa, los elementos base del restaurante como son las barras, la cocina y el mobiliario se diseñan con una clara referencia a la arquitectura de las tabernas tradicionales japonesas.


Una explosión de colores peruanos envuelve el espacio como si de una segunda piel se tratara. La segunda piel cromática se materializa a través de la referencia directa con el telar peruano, aportando una sorprendente combinación de colores que contrasta con la austeridad japonesa, y poniendo de manifiesto la raigambre de este elemento en la artesanía de la cultura peruana. La reinterpretación del telar peruano va más allá, secuenciando su propio proceso de elaboración a través de las paredes de Pakta, aportando a partir de este elemento plano un carácter tridimensional al espacio y aportando vitalidad y movimiento, desdibujando los márgenes que limitan el local. Las máquinas tradicionales peruanas utilizadas para la elaboración de las telas, son mecanismos de madera donde los hilos de colores se entrecruzan en varias direcciones formando un sugerente espacio tridimensional que genera una atractiva situación que se traslada y reinterpreta en Pakta.


El resultado final aúna la reinterpretación de estas dos culturas peruana y japonesa a través de algunos de sus elementos tradicionales más emblemáticos, creando una solución visualmente potente pero equilibrada, espontánea y racional, hilarante y silenciosa al mismo tiempo, sorprendente pero extrañamente conocida, como lo es la propia cocina nikkei. Un pequeño local alargado y con una fachada diminuta nos lleva desde el principio a plantear el proyecto desde un punto de vista de amortización máxima del espacio. Las zonas de trabajo se dividen en tres piezas:


En el acceso, la barra de sake y pisco actúa también como filtro entre el exterior y el interior. Se construye a través de un entramado de madera tridimensional, que sirve como estantería, filtro visual y exposición de productos. En la calle la barra se convierte en fachada y da la bienvenida con una composición de colores ajados, lámparas japonesas, elementos gráficos y una pequeña selección de productos expuestos. Para entrar en el restaurante el cliente atraviesa el entramado de madera, como paso previo al espacio de comedor.



  
Fuente: http://www.plataformaarquitectura.cl