martes, 19 de marzo de 2013

ACTUALIDAD DE OBRA

Una solución verde y ondulada



El proyecto ganador del Concurso del Centro de Exposiciones y Convenciones de la CABA, que estará sumergido bajo un parque urbano, busca hacer coexistir realidades aparentemente irreconciliables.
Cómo conciliar autos, colectivos, las grandes dimensiones de un centro de exposiciones y de un centro de convenciones, toneladas de asfalto y cemento con más y mejores espacios verdes. Este era el gran desafío que planteaba el concurso nacional de anteproyecto convocado por el Gobierno porteño y organizado por la Sociedad Central de Arquitectos. Y que buscaba darle una sede definitiva al Centro de Exposiciones y Convenciones Ciudad de Buenos Aires y aprovechar para suturar la herida paisajística que hay entre el Parque Thays y el Parque de Naciones Unidas (donde está la Floralis Genérica), a la altura de la Facultad de Derecho. Un lugar privilegiado de la Ciudad que hoy presenta desperdigados y casi abandonados el eternamente provisorio Centro de Exposiciones, unas terminales de ómnibus y playas de estacionamiento con las poco simpáticas grúas del STO.

A primera vista, agua y aceite. Sin embargo el trabajo ganador de este certamen realizado por el equipo de arquitectos liderado por Edgardo Minond demuestra que una buena idea plasmada en un buen proyecto puede hacer coexistir realidades aparentemente irreconciliables. La propuesta vencedora plantea generar un gran manto verde que integre el actual Parque Thays con el de la Flor y el edificio de la Facultad, formando así un gran parque urbano que aloja por debajo, semisumergido, el nuevo complejo de exposiciones, el de convenciones, las respectivas playas de maniobras y los estacionamientos, a la vez que prevé una zona con terminales de colectivos y una nueva estación del subte H.

Este original manto que funcionará como techo verde y paseo público es digno de una crónica marciana. Mezcla de natural y artificial, tiene una sucesión de ondonadas por las cuales se podrá circular y a su vez al estar agujereado como un rayador por lucarnas bañará de luz natural el edificio subterráneo.

El ingreso al conjunto se hará por una explanada, mezcla de rampa en zigzag y escaleras, que desciende al corazón del complejo, un gran foyer sumergido a seis metros bañado por los reflejos de un espejo de agua y jalonado por inmensos maceteros urbanos que permiten preservar árboles existentes. Este espacio de gran altura se conecta con la sala plenaria del centro de convenciones, que tiene una capacidad para 5 mil personas, y con el centro de exposiciones. Para integrar aún más este edificio topográfico con los parques circundantes y para sortear el flujo vehicular de la avenida Figueroa Alcorta, replicarán el puente peatonal que une Derecho y el Museo Nacional de Bellas Artes con otro que ira a la altura del Palais de Glace, casi a la altura del Monumento a los Vascos.

La presentación realizada por el equipo ganador cuenta con gran cantidad de planos, renders (fotos) y sugestivos croquis que van contando el proyecto a través de los recorridos. Y reconoce el legado de varios proyectos no realizados para la zona y algunas referencias arquitectónicas como las de los edificios enterrados en el verde del argentino Emilio Ambasz o la de los techos ondulantes –también verdes y con lucarnas– que usó Renzo Piano en la Academia de las Ciencias de California, San Francisco.

Si bien estaba previsto que este concurso de anteproyectos fuera a dos vueltas, para el jurado fue tal la consistencia y la ventaja que sacó el equipo ganador, que con la primera presentación alcanzó. Obrando en consecuencia, otorgó un solo premio y cinco menciones. Y desechó la posibilidad de dar un segundo y tercer premio que fueran al repechaje, a competir en una segunda vuelta. Seguramente una decisión valiente, jugada y extrema que ya generó no pocas polémicas.

Fuente: Clarin ARQ POR BERTO GONZÁLEZ MONTANER

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