miércoles, 20 de agosto de 2014

TURISMO Y BIENESTAR

Capilla Santa Ana, en Misiones:
hija de la selva y la cruz

La obra recrea con simpleza el lenguaje de la arquitectura eclesiástica colonial. Un monumento que se divisa a lo lejos funciona como la cruza del altar. 



Los sacerdotes dicen que con un poco de voluntad es posible rezar en cualquier lado: en la iglesia, en la casa y hasta en la calle. Sin embargo, hacerlo en un ambiente apacible como el de la Capilla Santa Ana, en medio del monte nativo misionero, es una experiencia diferente. Pensando en esto es que sus proyectistas, los arquitectos Daniel Cella, Pedro Peralta y Lucía Cella, diseñaron una nave blanca que se recorta del paisaje verde con la pureza de sus formas exteriores, y da abrigo y calidez a los feligreses bajo sus cabriadas de madera.


La edificación de esta capilla forma parte de un programa del Gobierno Provincial que comenzó en 2011 con la inauguración del Parque Temático de la Cruz, que a su vez alberga a este pequeño edificio religioso recién inaugurado. “Su ubicación dentro del Parque explica el desafío que implicó este proyecto: generar un espacio beato dentro de un ámbito recreativo y turístico”, señala Lucía Cella. En efecto, la iglesia se situó en un lugar de desmonte y en pendiente, con una diferencia de 15 metros de cota entre el camino de acceso y la capilla. A su vez, dentro del parque se eligió este emplazamiento para la capilla por estar erosionado y sin vegetación, lo cual permitió disminuir la huella artificial sobre el paisaje natural. El desnivel fue salvado gracias a una serie de rampas con una inclinación de 6%, a través de la cual se accede a una plaza-atrio de acceso a la capilla.
  

El sitio, de una belleza paisajística excepcional por los saltos de agua (no confundir con cataratas) y la variedad de su vegetación, cuenta además con la recientemente estrenada Cruz de Santa Ana, un monumento de acero y aluminio de 82 metros que se constituyó como hito del lugar y recuerda el aporte de los Jesuitas a la cultura de la región. Este símbolo tuvo un rol central en el trabajo de los autores, tal como ellos mismos señalan: “A partir de la cruz nos planteamos el desafío de resignificarla para que pase de ser un hito paisajístico a un elemento estrictamente religioso”.


En su aspecto formal, la capilla es un prisma de doble envolvente y techo a dos aguas, blanco por afuera para remedar a las construcciones jesuíticas y franciscanas de la época colonial. “Partimos de las proporciones de una iglesia tradicional, y luego buscamos que el interior fuera cálido y austero. Para esto, usamos sólo pino misionero tanto en las paredes como en el techo”. De este modo, se logró un efecto envolvente y de contención que contrasta y acentúa la inmensidad del paisaje selvático. Debajo del nivel de acceso, un subsuelo con acceso independiente alberga los servicios y la sacristía , ocultos en el basamento de la cruz y fuera de las principales visuales.


La estructura y la cubierta son de hormigón armado in situ, considerando lo inaccesible del lugar. Los cerramientos se materializaron en ladrillos cerámicos huecos tratados con un revoque hidrófugo y grueso a la cal tradicional, sobre los que se aplicó un mortero impermeabilizante cementicio en capa fina, con malla plástica para evitar fisuras. Por último, se le aplicó una membrana impermeabilizante blanca tanto a las fachadas como a la cubierta.


La cruz se resolvió en acero galvanizado y está recubierta con una piel de lamas horizontales de aluminio. En 2011, cuando fue inaugurado el monumento, el arquitecto Daniel Cella explicó a ARQ el proceso de diseño de la obra: “Queríamos que la cruz se viera etérea desde lejos y sólida desde cerca”. Ahora, esta explicación cobra un sentido extra: desde el interior de la flamante Capilla de Santa Ana puede verse a esta cruz que la completa a la distancia sin formar parte de ella.

Más que un diálogo, una verdadera relación de interacción programática entre dos obras de arquitectura.

Parque de la Cruz, Santa Ana, Misiones


Comitente: Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional a través de la Dirección de Planificación y Urbanismo. Proyecto: Arquitectos Daniel Cella, Pedro Peralta y Lucía Cella. Cálculo: Carlos Alberto Perenson, ing. Empresa constructora: Hidrelco S. R. L. Superficie construida: 400 m2. Año de proyecto: 2011-2012. Inauguración: 2014.

Fuente: Clarin Arq

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