Cabaña-torre Karadya Bio-Reserva
Estudio Borrachia
Arquitectos: Estudio Borrachia Arquitectos
Ubicación: RUTA NACIONAL 101 km 68, Andresito, Misiones,
Argentina
Arquitectos a cargo: Oscar Borrachia, Alejandro Borrachia
Colaboradores: Maximiliano Mazzitelli, Totorica Marisol
Pace, Maria del Carmen Romay, Matías Carloni, Nicolás Adamoli, Valeria
Torterolo, Juan Ignacio Traverso
Año Proyecto: 2012
Fotografías: Cortesía de Estudio Borrachia Arquitectos
Área Proyecto: 60.0 m2
Cliente: Luciana Oklander, Julián Baigorria
Ubicado en la Mesopotamia Argentina, al Noreste de la
Provincia de Misiones y a una hora de las Cataratas de Iguazú, “La torre” es el
primero de una serie de edificios autosuficientes diseñados por el estudio
Borrachia como parte de un
emprendimiento integral de eco-turismo llamado Karadya Bio-reserva en el
corazón del corredor biológico que une los parques naturales provinciales
Urugua-í y Foerster.
”La torre” es la única de estas construcciones que,
atravesando los distintos estratos de la selva, se eleva hasta la copa de los
árboles de más de 20 metros de altura. De esta forma, posibilita la posición
óptima para la observación de la fauna y flora particular de cada estrato.
El terreno, con una leve inclinación hacia el camino de
acceso hacia donde se vuelca la vista del dormitorio en el último piso,
favorece la esbeltez del edificio y lo eleva alrededor de 15 metros sobre la
cota de llegada. Por otra parte, las tres caras restantes, correspondientes una
a la escalera y los accesos, otra al baño en la planta superior y otra que abre
las vistas del estar-comedor con un balcón, miran a la selva cercana y sumen al
edificio en la espesura cerrada de su vegetación.
Los dos ambientes que completan el programa son la galería o
estar exterior en planta baja, y la azotea de deck o mirador. Ambos poseen
vistas hacia todas estas situaciones por igual y desde distintas perspectivas
en relación con la altura. Estar en ambos lugares implica comprender la selva
en todas sus dimensiones y relacionarse con las diferentes especies de flora y
fauna que la habitan.
Por todo esto la ubicación de la torre es ideal para el
avistamiento de aves, además, por sus características constructivas, se presta
a si misma como nido de las “familias” que podrán albergarse en los muros
perforados y dispuestos especialmente para ellas. Estos “nidos” pueden ser
abiertos desde dentro de la cabaña y así observar sin ser descubiertos, a
través de un vidrio, la forma de vida y el hábitat de las especies que suelen
anidar en ellos. Cada orificio de nido posee un tamaño concreto que revela las
distintas posibilidades de anidar de los pájaros según sus dimensiones.
La obra está concebida íntegramente en madera, desde su
estructura de soporte hasta el sistema de revestimientos. Cuenta con tecnología
autóctona y tradicional, basada en el sistema de tabla y tapa-juntas, activada
por diferentes mecanismos pasivos de acondicionamiento interno, recolección y
calentamiento de agua por geotermia, ventilaciones cruzadas y cubierta con
cámara de aire. La cabaña torre, al igual que todas las demás construcciones
pensadas para la bio-reserva, explotan, en el sentido no invasivo, los
condicionantes del sitio, los materiales y la mano de obra local, produciendo
una simbiosis total con el medio socio-ambiental de su emplazamiento.
Esta relación establecida con la selva, entendiendo sus
diferentes estratos, y el comprender la arquitectura como un catalizador en
estado activo y de interacción con las diferentes especies de flora y fauna que
pueblan el lugar, tiene como objetivo fundamental el promover una manera de pensar y hacer arquitectura
en consonancia con las necesidades de un mundo que reclama cambios en nuestra
forma de relacionarnos con el ámbito natural.
Fuente: Plataforma Arquitectura
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